Iglesia de San Salvador

Iglesia de San Salvador

Localidad: Oña Un monasterio de la categoría del anteriormente reseñado debería guardar un tesoro artístico de la misma condición, y efectivamente así ocurre. El principal hito monumental de Oña es su iglesia abacial. Ésta constituye sin ningún género de dudas, la mayor sorpresa que el visitante se puede llevar en la provincia de Burgos, provincia ya de por si rica y densa en patrimonio cultural. Este desconocimiento previo, es uno de los mejores aliados para conseguir en el turista una exclamación de sorpresa y estupor que tardará tiempo en olvidar. La amplísima variedad de estilos artísticos aquí conservados (Románico, Gótico, Renacimiento, Barroco, Musulmán, Mudéjar, Egipcio y época romana), junto con la extensa nómina de objetos aquí contenidos (retablos, pinturas, rejas, vestidos, sillerías, sepulcros, esculturas, etc.), que en ocasiones son únicos, convierten a este monumento en una lección de Historia del Arte. Comenzamos la visita por el pórtico, estructura arquitectónica románica del último cuarto del siglo XI, visible en sus impostas ajedrezadas y en su arco de medio punto trenzado. La bóveda está decorada confrescos hispano-flamencos, en los que el tema escogido son los ángeles con símbolos de la Pasión, realizados por Fray Alonso de Zamora (el Maestro de Oña) en la segunda mitad del siglo XV. Una puerta gótico-mudéjar de Fray Pedro de Valladolid, en nogal, roble y boj nos introduce en el interior de la iglesia. Una vez dentro del templo impresionan sus proporciones: 83 metros de largo, 20 de anchura y 18 de altura. Mas parece una catedral que otra cosa. En el primer tramo cuatro retablos de los siglos XVII al XVIII: San Froilán, Santa Gertrudis, Santa Tigridia y San Benito. Les cierra una reja del siglo XVI. En el muro de la epístola no sorprende un fresco de estilo gótico líneal datado en la primera mitad del siglo XIV y con un estado de conservación impecable, en él se narra la vida de San María Egipciaca. En el paramento opuesto el Cristo de Santa Tigridia, de transición al gótico y de finales del siglo XII. Una vez llegados al crucero observamos las grandes dimensiones del órgano barrroco del año 1786, y con más de 1.100 tubos, construido por el riojano Francisco Antonio de San Juan y recientemente restaurado. Es en los meses de julio y agosto cuando se organizan varios conciertos. El antiguo retablo de Santa Catalina, finales del XV, comparte capilla con unas tablas hispano flamencas de Juan Sánchez. La capilla mayor es sin ningún género de dudas la joya o el tesoro que encierra este templo, nada en ellas es desdeñable. Su atrevida bóveda gótica, ideada por Juan de Colonia y plasmada por Francisco Díez de Presencio en 1450 y con 400 metros cuadrados de superficie. Los Panteones Real y Condal, obra única dentro del arte funerario medieval europeo al estar construidos en nogal y boj. Se trata de una obra de gótico-mudéjar (1480/95), tallada por los propio monjes de la abadía. Aquí es imposible describir con palabras la filigrana de talla y taracea de sus ochos ataúdes y de sus dos baldaquinos. Incluso viéndolos, uno no puede imaginarse el trabajo, la minuciosidad y la paciencia desplegada para elaborar semejante conjunto. En los sepulcros descansan dos Condes de Castilla: don Sancho García, fundador de este monasterio y muerto en 1017, y su hijo García Sánchez, asesinado en León en 1028. El rey de Castilla don Sancho II el Fuerte, el rey del Cid Campeador asesinado en Zamora por Vellido Dolfos en 1072. El rey de Navarra don Sancho el Mayor, muerto en 1035 y su mujer la reina doña Mayor fallecida en 1066. Los infantes Alfonso y Enrique, hijos de Sancho IV el Bravo y don García, hijo de Alfonso VII el Emperador. Asimismo encuentra aquí reposo doña Urraca, esposa del conde fundador de la abadía. Todo este conjunto funerario medieval se encuentra decorado por las que seguramente sean de las primeras pinturas hispano-flamencas burgalesas que se hacen sobre sarga y no sobre tabla. El tema central es la Pasión de cristo, plasmada a través de seis escenas por el benedictino Fray Alonso de Zamora. El taller pictórico por él creado en la abadía en la segunda mitad del XVI, es junto con el de la catedral de Burgos, el foco más activo de pintura de la provincia en esa época. Por si esta obra de talla fuera poca, nos encontramos con una sillería gótica de nogal (año 1475), de nada menos que 84 sitiales, ejecutada por naos benedictinas bjao la dirección de Fray Pedro de Valladolid, cuiya crestería calada más parece tejida que tallada. La capilla mayor se ve presidida por un gran retablo barroco en forma de arco triunfal, y por la capilla de San Iñigo. En esta se guardan los restos del santo abad oniense en un arca de 1597, cobijada por un tabernáculo del siglo XVIII. Si lo que primero sorprendía al entrar en el edificio eran sus grandes proporciones, no lo son menos las de su sacristía, una construcción herreriana de finales del XVI convertida actualmente en museo. Destacan por encima de todo dos piezas textiles medievales: la mortaja del príncipe García, enterrado en el panteón, elaborada en Almería en el primer tercio del siglo XII y la posible mortaja del Conde don Sancho García, tejido de la época califal datado entre los años 929 y 939, en seda, lino e hilo de oro. Su antigüedad las convierten en piezas de incalculable valor artístico. Un magnífico bulto sepulcral de don Pedro López de Mendoza, esculpido en alabastro en 1564 y tres vitrinas con arquetas musulmanas y piezas en orfebrería completan el museo. A continuación la sala capitular transformada en museo románico. Restos del antiguo claustro románico del XII, y la arquería que decoraba el refectorio monacal (única en España), son los restos más destacados. Por último el claustro gótico flamígero, obra de Simón de Colonia y construido entre 1.503 y 1.508. En uno de sus sepulcros, el del obispo don Pedro González Manso, año 1.534, se conserva una importantísima reja románica. Si algo destaca en este claustro es su profusa decoración, que se conserva intacta en varias de sus pandas.

Ver más
Iglesia y Torre de San Juan

Iglesia y Torre de San Juan

Localidad: Oña. Si bien la iglesia abacial de san Salvador es el principal reclamo monumental con el que cuenta la Villa, no es éste el único. En la plaza del Ayuntamiento se localiza la Iglesia de san Juan Bautista, levantada entre los siglos XII al XVI. Su interior destaca por el excelente estado de conservación con importantes restos románicos, un calvario gótico del XIII, su portada gótica y un retablo barroco sin dorar. Junto a esta iglesia se alza la torre de san Juan, de titularidad municipal y recientemente restaurada por el Excmo. Ayuntamiento. Tras su restauración en ella se ha creado el Museo de la Resina, actividad económica de la villa durante años y que en la actualidad ha desaparecido. En la primera sala se acerca al visitante el medio natural del que se extrae la resina. La segunda, y por medio de piezas y utillaje original, se muestra el proceso de extracción. La tercera las utilidades industriales que tenía este producto. Y la última es un mirador que ofrece una panorámica de 360º de la villa.

Ver más
Judería

Judería

Localidad: Oña En la actual calle Barruso, empinada y estrecha vía que permite el acceso a la localidad por su parte este, se localiza la antigua judería medieval. Las primeras noticias que atestiguan la presencia de este grupo social en la localidad arranca del año 1.102, aunque las más abundantes se centran a fines del XVI e inicios del XVII. La documentación de la época nos muestra las actividades desempeñadas por la población judía: prestamistas, inversiones en propiedades inmuebles, arriendo y reventa de viviendas, comercio de tejidos, etc. Las relaciones entre esta comunidad y el monasterio benedictino fueron claramente tolerantes, habida cuenta del interés y beneficio mutuo. El monasterio conseguía de los judíos una fuente segura de ingresos, con unos gravámenes especiales sobre sus propiedades inmuebles. Los judíos por su parte es posible que se encargaran de cobrar las rentas y comercializar ciertos bienes del monasterio, como las salinas. En la citada calle Barruso se sitúa hoy la posible sinagoga, en un edificio con un saledizo muy próximo a la plaza del Ayuntamiento. Son varias las casas que conservan vestigios de este pasado en sus fachadas, por medio de varios arcos apuntados en sus puertas de ingreso.

Ver más
Fachada del Monasterio

Fachada del Monasterio

Localidad: Oña Se trata de la fachada del antiguo monasterio benedictino de San Salvador fundado en el año 1.011 por el Conde de Castilla don Sancho García, y cuyo vestigio más importante se conserva hoy en la Iglesia de San Salvador. Es este fachada una obra del siglo XVII en cuyas hornacinas se encuentran las estatuas de los condes y reyes custodiados en los panteones de la iglesia monacal: don Sancho García y García Sánchez, y los reyes Sancho II el Fuerte y Sancho el Mayor de Navarra. La torre o cubo de la izquierda llamada de Adán, sirvió hasta el año 1.610 de cárcel de los monjes. Si algo impresiona de esta fachada ello es su porte y presencia, anticipo de la magnificencia de su iglesia y vestigio de su explendoroso pasado.

Ver más
Arquitectura popular

Arquitectura popular

Localidad: Oña Entre el patrimonio artístico con el que cuenta Oña no solo se encuentra el religioso sino también el civil. Son varias las casas blasonadas y recién restauradas por sus titulares que nos muestran este no menos interesante patrimonio artístico y cultural. Si el turista que se acerque hasta nuesta Villa desea ver ejemplos típicos de arquitectura popular, estos son algunos de los ejemplos. En la calle del Pan nº 12 localizamos un escudo de armas al que sirve de apoyo una cruz de Calatrava. Timbra este escudo un yelmo de altos penachos y abundante lambrequín, al que delimitan cuatro mascarillas, en la punta dos amores, uno a cada lado. En su campo aparece un león rampante y una estrella de ocho puntas en el cantón diestro del jefe. En la bordura ocho cartelas. Se trata del escudo de armas de la familia Alonso de Prado. En la actual casa parroquial, calle del Agua nº 2, y recientemente restaurada, encontramos un escudo en cuyo campo hay sobre una peña, un trozo de muro almenado y sobre éste un castillo donjonado y mazonado, con una flor de lis a cada uno de sus costados. En la bordura diez cabezas de moros con turbantes. Se atribuye a la familia de la Peña y datable como el anterior en el siglo XVIII. Enfrente y en el número tres de la misma calle, hay un blasón idéntico al existente encima del pórtico de la Iglesia de San Juan. Timbrado por un sombrero del que penden dos cordones con diez borlas cada uno. Divide su campo una banda engolada en boca de dragones. En el cantón siniestro del jefe, se acomodan cuatro estrellas de ocho puntas, y en el diestro de la punta, otras tres iguales en posición de banda. Corresponde el escudo al obispo don Pedro González Manso fallecido entorno a 1.535, y cuya sepultura se conserva en el claustro gótico de la Iglesia de San Salvador. En esta misma calle del Agua y convertido hoy en Centro de Salud se conserva la fachada del Hospital de Santa Catalina, centro de beneficencia fundado en el siglo XV para acoger a cuantos pobres y necesitados recalaran en la Villa necesitados de asistencia sanitaria. Los usos, costumbres y adelantos actuales han provocado que algunas de las construcciones y edificaciones de antaño hayan quedado hoy en desuso, este es el caso de lavaderos y abrevaderos. Existen dos ejemplos de éstos en Oña y que el Exc. Ayuntamiento ha rehabilitado y restaurado en 1.998, ello con el fin de preservar y transmitir a generaciones futuras. El primero con un marcado uso higienico y doméstico, se convertía en centro improvisado de reunión para todas aquellas amas de casa que iban a "hacer la colada". El segundo de uso ganadero para las caballerizas y demás bestias de la localidad. Junto a la Oficina Mun. de Turismo se encuentra el arco de la Estrella, única entrada de la muralla medieval que hoy en día queda en pie.

Ver más